Oda al Palacio de la Esquizofrenia!
Insistía la tarde
en sus medios tonos
y su lento resplandor.
La plaza intacta
con su baile de palomas
y su memoria olvidada.
Sentados frente a frente
destruíamos el mundo
y lo volvíamos hacer.
Sobre la mesa ´Rayuela´
y dos blancas tazas
de negro café.
Yo, harto
de contemplar tu fría belleza;
tu amplia sonrisa vespertina.
Tú, silencio en mano
repasabas uno a uno
los episodios de tu vida.
Y así te alejabas en puntas de pie;
y así me quedaba para verte desaparecer.
El Aprendiz
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